Sepa "perder" tiempo y no pretenda que su hijo hable correctamente a la primera. Lleva su tiempo. Acepte con alegría (y manifiéstela) todos los intentos de mejora de articulación que haga su hijo. Su hijo debe estar siempre atendido con palabras de “afecto”. Si su hijo persiste en pronunciar una palabra de forma incorrecta no le atosigue, pero recuérdele -repitiéndola bien usted- cómo es correctamente la palabra. El niño no debe entender que su mala articulación se da por buena. Las cosas deben ser denominadas correctamente. No le hable con "lenguaje bebe". No contribuya a retenerlo en un grado de infantilismo afectivo y lingüístico. No debe exigirle un esfuerzo que no sea capaz de realizar. La mayor catástrofe que nos puede ocurrir es que su niño se niegue a hablar. Su hijo adquiere lenguaje viendo cosas, tocando cosas. No le abandone a su soledad. Provoque situaciones de diálogo, suscite preguntas... . Libros de imágenes, historietas contadas con palabras y gestos, canciones infantiles con ritmo y melodía apropiados enriquecerán su vocabulario y darán a su habla expresividad y entonación. Ejercitar los movimientos de la boca con todo tipo de estratagemas y juegos: "vamos a relamernos", "juegos de mímica"... También con tipos de alimentación que incluyan masticación, deglución adecuada... (ha de masticar su filete, el pan, la fruta...), mascar chicles... Para desarrollar un correcto patrón respiratorio se pueden hacer muchos juegos: "concursos de aguantar sin respirar, soplar pitos-matasuegras-papelitos-algodones-pelotas de ping-pong, inflar globos, silbar, oler todo tipo de perfumes, hacer gárgaras, pompas de jabón, beber con pajita...
Acostúmbrele a que eduque su audición: identificar voces, sonidos... Escuchar cuentos, acostumbrarse a músicas adecuadas o relajantes.
¿Cómo pueden ayudar los padres?·
- Hablarle lentamente, con entonación normal y pronunciación clara.·
- Hablar con claridad y articulando bien. Evitar repetir las palabras mal articuladas por el niño aunque sean graciosas.·
- Utilizar un vocabulario apropiado, enmarcado en frases sencillas y cortas.·
- Hablarle de cosas que le interesan y pueden llamar su atención.· Introducirse en sus juegos, de forma que se favorezca el diálogo.·
- Comenzar tranquilamente usando “turnos”. Respetar los turnos conversacionales en la familia.·
- No adelantarse y no concluir ni las palabras ni las oraciones que a él le cuesta decir.· que dice es importante y que va a ser escuchado.·
- No castigar o llamar la atención al niño por su habla. Verbalizar con él todas las conductas: al lavar nombrarle las partes del cuerpo, al vestirle el nombre de la ropa, al comer...·
- Evitar hábitos de succión: chupete, biberón, chupar el dedo, el lápiz, el cuello de las camisas...·
- Si tiene cinco años y no habla correctamente, consultar. A los cinco años debe articular correctamente.
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